lunes, 30 de noviembre de 2009

PRESBITERIANOS



Las iglesias presbiterianas forman parte de la familia de iglesias reformadas - dentro del protestantismo - basadas en las enseñanzas de la Biblia y con Juan Calvino como uno de los comentaristas más destacados, que tiene sus raíces institucionales en la Reforma escocesa, especialmente por la liderada por John Knox ((1510-1572) fue un sacerdote escocés, líder de la Reforma Protestante, y es considerado el fundador de presbiterianismo (anciano).
Una característica importante de la iglesia presbiteriana es su doctrina. Las enseñanzas de esta organización religiosa se basan en la Biblia y tienen a Juan Calvino y otros como principales comentaristas (hombres de Dios que explican desarrollada y extensamente porciones de la Palabra de Dios).
La Doctrina se basa fundamentalmente en la inspiración de la Escritura, la divinidad de Jesucristo, la expiación, la regeneración, el arrepentimiento, la justificación por la fe, la santificación, la adopción, la resurrección de Jesucristo, su ministerio de intercesión y su segunda venida. La Doctrina Presbiteriana se ocupa en poner especial atención a la exaltación de Dios, su soberanía, la predestinación (un plan de Dios mediante el cual escogió a sus hijos desde antes de la fundación del mundo).
La Iglesia Presbiteriana acepta solamente dos sacramentos instituidos por Jesucristo: el Bautismo y la Santa Cena. Los presbiterianos creen que el bautismo es un sacramento instituido por Jesucristo, en el cual la persona ingresa en la Iglesia y es un signo del sello del pacto de la gracia y de su injerto en Cristo, de su nuevo nacimiento y del perdón de los pecados. El elemento externo utilizado es el agua y se bautiza a la persona en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ya que el bautismo se aplica solamente una vez en la vida. No es necesario sumergir a la persona, y se acepta cualquier bautismo realizado por otra denominación religiosa cristiana (no incluyendo a la Iglesia Católica o la Ortodoxa) siempre que se haya efectuado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los que se bautizan declaran su fe en Jesús y de sus hijos. Por tanto, los presbiterianos creen en el bautismo en los niños. La Cena del Señor es el otro sacramento de los presbiterianos, en el cual Cristo no es ofrecido nuevamente al Padre, ni es otro sacrificio para el perdón de los pecados. La comunión es una conmemoración del sacrificio que hizo Jesucristo en la cruz del Calvario. Los elementos externos son el pan y el vino que representan el cuerpo y la sangre de Cristo, respectivamente.
Parte de su lema de oración es "Invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió".

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